El racismo institucional impide al gobierno ver la realidad de forma clara y tomar medidas racionales y de beneficio colectivo, garantizando la participación y los derechos de los pueblos que históricamente han mostrado una responsabilidad y afecto en el manejo del agua.
Desde el proyecto racismo institucional y las lógicas contemporáneas del estado, iniciamos un proceso de investigación colaborativa por invitación de la COPUDA y el Centro de Derechos Indígenas “Flor Y Canto”.
Desde una dimensión aplicada hemos sido asesores del proceso de Consulta, pensando con las comunidades y otras organizaciones y actores, los alcances de sus derechos como pueblos indígenas, sus alternativas dentro del proceso de consulta y sus estrategias para proteger su cultura, sus formas de vida y el futuro de sus comunidades.
Desde una perspectiva analítica, hemos considerado que este largo proceso de desencuentros, medidas fallidas y confrontación entre el Estado mexicano y los pueblos indígenas, debe ser pensado desde una perspectiva de racismo institucional. Aunado a otras desigualdades como la clase y el género, este caso nos muestra cómo la construcción de una relación entre superiores (el gobierno) e inferiores (los pueblos), conlleva una creencia ideológica amasada a los largo de los siglos que podemos calificar de racista. Este racismo institucional impide al gobierno ver la realidad de forma clara y tomar medidas racionales y de beneficio colectivo, garantizando la participación y los derechos de los pueblos que históricamente han mostrado una responsabilidad y afecto en el manejo del agua.